Dios, en el paraíso, se enojó con Eva por inducir a pecar a Adán dándole de comer de la manzana prohibida:
-¡Eva, lo pagarás con sangre!
Eva, al escuchar las palabras de Dios, rompió en llanto.
Entonces, Dios dijo con compasión:
-Bueno, bueno, no te lo tomes así. Tranquila, lo pagarás con sangre... pero lo podrás hacer en cómodas cuotas mensuales.
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